lunes, 27 de septiembre de 2010

Nitrato de Potasio. Una Solución Posible para los Problemas de Salinidad.

Introducción
La salinidad del suelo es una amenaza creciente para la agricultura y a la vez un factor importante en la reducción de la productividad de los cultivos. La industria ofrece soluciones a este problema por medio de un producto muy conocido: el nitrato de potasio. Es bien sabido que el uso de una adecuada nutrición potásica constituye un método eficiente para prevenir el estrés inducido por el exceso de sodio en muchos cultivos. Además, una adecuada fertilización con nitrato es una poderosa herramienta para prevenir el estrés inducido por cloruros en varios cultivos. La aplicación de nitrato de potasio se presenta y demuestra aquí como un método muy eficiente para combatir estas limitantes mencionadas y para mejorar el rendimiento de los cultivos bajo condiciones de salinidad. Este concepto es validado aquí para tres hortalizas sensibles a este problema: tomate, lechuga y repollo chino.

En este artículo se presenta una revisión del fenómeno de la salinidad, sus razones y su impacto en la performance total de los cultivos; además se mostrará que combatir la absorción y los efectos perjudiciales del sodio y del cloruro, reduciendo sus efectos dañinos en la performance de los cultivos, es más importante que reducir la alta conductividad eléctrica (CE) de la solución del suelo. Se intentará demostrar mediante algunos experimentos que un adecuado régimen nutricional puede revertir los efectos negativos de la salinidad aún a pesar del efecto asociado de aumentar la CE del agua de riego. Adoptando un adecuado régimen nutricional, puede alcanzarse una buena performance a niveles equivalentes mucho menores de salinidad.
  
Salinidad, descripción del fenómeno
La salinidad, puede ser tanto el resultado de una ocurrencia natural como de la intervención humana. Los problemas de salinidad tienen lugar en tierras no irrigadas como resultado de varias causas, principalmente pérdida de agua por evaporación, transpiración, una posible entrada de sales por las lluvias y sprays derivados de la cercanía al mar. Además, la salinidad puede desarrollarse debido al mal uso o descuido en el uso de varios tipos de fertilizantes, al riego con aguas salinas o a sobre-irrigación que provoque movimientos capilares de sales provenientes desde las capas más profundas del suelo. Sin embargo, un problema mucho más frecuente en agricultura es la acumulación de sales por el agua de riego.

La evaporación y transpiración reducen el contenido de agua del suelo por medio de la eliminación de agua pura en forma de vapor. La pérdida de agua concentra los solutos que remanecen en la solución del suelo. Esta concentración es conocida como "acumulación de sales" y puede llegar a ser importante cuando no hay oportunidad de lavar y drenar fuera del perfil las sales acumuladas. Cuando los solutos en la zona radicular, llegan a determinadas concentraciones, se producen ciertos cambios en la performance del cultivo, especialmente en las especies sensibles a las sales, en las que pueden verse con frecuencia lesiones en las mismas plantas.

Cuando hay una alta concentración de sodio (Na) en el suelo, se da lo que se conoce como "Sodicidad". Cuando el cloruro (Cl) u otras sales están involucrados, al fenómeno se lo conoce como "Salinidad".

La salinidad se expresa por el término "conductividad eléctrica" (CE) que es el más popular, a pesar de que la salinidad puede ser descripta en términos de "potencial osmótico".

Figura 1. Relación entre el contenido de sal del suelo y la conductividad eléctrica (US Salinity Laboratory 1954).

Un suelo es considerado salino si contiene sales en concentración suficiente para interferir con el crecimiento de la mayoría de las especies vegetales. A pesar de ello esta definición no se refiere a una cantidad fija de sales, dado que depende de diversos factores: textura del suelo, capacidad de retención de agua del suelo, especie vegetal y composición de las sales. La definición de nivel salino del suelo no es tan clara, y es más bien arbitraria. De acuerdo al Laboratorio de Salinidad de los Estados Unidos, los suelos salinos son aquellos con una CE mayor que 4 mS/cm, equivalente a 40 mM/l de NaCl y con un Porcentaje de Sodio Intercambiable (PSI) menor que 15. Estos suelos pueden aparecer con un amplio rango de pH, a pesar de que es natural que tengan una leve tendencia hacia la alcalinidad. El suelo afectado con altos contenidos de sodio, (Sódico) tiene un pH más alto que aquellos con bajos contenidos.

Respuestas de las plantas
La respuesta de las plantas a los niveles de sales puede diferir ampliamente. Para cada especie hay un nivel crítico de salinidad. Por encima de este umbral, la performance del cultivo se deteriora y afecta su rendimiento. Es importante además la pendiente que refleja la reducción de la tasa de rendimiento para juzgar la sensibilidad de una especie en particular. La sensibilidad es más bien variable, que puede decrecer o aumentar entre cultivos dentro de una misma especie, ó cambiar durante las diferentes etapas fenológicas y es afectada por factores ambientales.

En la literatura técnica, existen distintas clasificaciones que dividen a las especies en grupos de acuerdo a su sensibilidad a los diferentes niveles de contenidos de sales. Por ejemplo: las halófitas son un grupo en donde el crecimiento es óptimo a relativamente altos niveles de NaCl. Esto se explica en forma parcial por su demanda más alta de sodio y/o cloruro como nutrientes minerales, y poseen mecanismos especiales para evitar y tolerar la salinidad. Hay otro grupo con una sensibilidad moderada, las Glicófitas, que tienen a la vez baja tolerancia a la sal o alta sensibilidad y cuyo crecimiento está fuertemente inhibido.

Figura 2. Respuesta de crecimiento de varias especies vegetales ante la salinidad creciente del sustrato y el potencial osmótico relacionado.
I. Especies Halófitas. II. Halofílicas. III. Tolerantes a las sales. IV. Sensibles a las sales.

El laboratorio Riverside de la Universidad de California en los Estados Unidos desarrolló otra conocida clasificación. Esta divide a los cultivos de acuerdo a su respuesta ante diferentes niveles de EC.

Tabla 1. Tabla de definición "Riverside" respecto a la respuesta de la planta a un rango de diferentes conductividades eléctricas

Impacto de la salinidad en la performance del crecimiento del cultivo

El efecto salinidad en las plantas puede dividirse en tres efectos principales:
• Deficiencia de agua – conocida también como "estrés de sequía". Resultado de la mayor presión negativa en la zona radicular.
• Toxicidad iónica: Resultado de la excesiva absorción de elementos de poca demanda, principalmente Cl- y Na+.
• Desequilibrio entre nutrientes. Resultado de una defectuosa absorción, transporte y/ó distribución, principalmente de Ca2+.

Es posible que no aparezcan todos los problemas al mismo tiempo, y aún si aparecieran su gravedad puede no ser será la misma. El impacto en el cultivo puede verse afectado por varios factores tales como: Concentración iónica, relaciones con otros iones, duración de la exposición, especie en cuestión, variedad, porta injerto, etapa fenológica, órgano vegetal, y condiciones ambientales.

Déficit de agua
La salinidad del sustrato disminuye la disponibilidad de agua debido a la alta presión osmótica negativa, que reducen la absorción de agua y la presión radicular que maneja el transporte de agua.

La solución del sustrato contiene también nutrientes disueltos, por lo tanto, su absorción también se ve afectada. Una menor absorción de agua reduce la turgencia de las células de las hojas y esto inhibe su elongación y la extensibilidad de la pared de la célula, (Lynch el al., 1988). En sustratos salinizados, tanto el crecimiento de la raíz como el del tallo están deprimidos, pero como regla general el crecimiento del tallo es el que se ve más afectado (Termaat y Munns, 1986). La elongación de la raíz se deprime en presencia de altas concentraciones de NaCl y de bajas concentraciones de Ca2+ (Carmer et al., 1988).

Toxicidad iónica y desequilibrio iónico
Algunos iones específicos afectan el desarrollo de las plantas cuando están en una concentración relativamente alta, que excede la demanda de éstos por el cultivo. Normalmente los iones dominantes que causan problemas son el Cl- y el Na+, pero también la salinización por sulfato de sodio (Na2SO4) en algunas plantas sensibles como el sorgo, puede afectar el crecimiento en forma similar al NaCl. A pesar son esenciales tanto el cloruro, como micronutriente involucrado en mecanismos que controlan la apertura de los estomas, como el sodio: un nutriente mineral esencial en las Halófitas y en algunas plantas C4, para la mayoría de las plantas estos elementos son más dañinos que beneficiosos.

Cuando estos elementos son absorbidos por las plantas a altas concentraciones, se acumulan en los tejidos hasta un nivel en que primero provocan clorosis (amarillamiento y enrollamiento), y si la situación continúa el tejido llega a la necrosis.

La necrosis es una situación irreversible – el tejido foliar pierde su vitalidad, se vuelve pardo, y las hojas finalmente caen. En muchos árboles frutales se ha probado que la inhibición del crecimiento y el deterioro del follaje tienen lugar incluso cuando hay una baja salinización por NaCl, apoyando el concepto de que el déficit de agua no es el factor restrictivo (Sykes, 1992, Mass 1993).
  
Figura 3. Síntomas de toxicidad por cloruro en hojas de palta, toxicidad por sodio en hojas de banana y síntomas de cloruro ("quemado del borde") en hojas de cítricos.

Los mecanismos de toxicidad iónica provocan reacciones enzimáticas, tales como la inhibición y compartimentalización entre citoplasma y vacuolas. La hipótesis Oertli (1968) brinda una explicación sobre el efecto de la acumulación de sales en el apoplasto de las hojas, llevándola a la deshidratación, pérdida de turgencia, y a la muerte de las células del tejido foliar. El desequilibrio iónico es provocado por interacciones entre la absorción de diferentes iones, donde un ion afecta la absorción, transporte o utilización de otro. El desequilibrio puede ser causado por el antagonismo y la competencia, o por reacciones químicas que restrinjan la absorción de iones. La salinización por sulfato puede provocar una depresión en el contenido de potasio y magnesio del tallo (Broursier y Lauchli, 1990). La salinización por sodio está principalmente relacionada al bajo nivel de Ca++ en las membranas de los pelos radiculares (Cramer et al., 1985). En suelos con una alta disponibilidad de fósforo, la salinidad por NaCl puede mejorar la absorción del fósforo y deprimir el crecimiento de la planta debido a la toxicidad por fósforo (Roberts et al., 1984). La salinización por cloruro puede inhibir la absorción de NO3-.

Desórdenes por calcio
Las altas concentraciones de Na+ en el sustrato inhiben la absorción y el transporte de Ca++ y , por consiguiente, pueden inducir deficiencia de calcio en el crecimiento de las plantas ante bajas concentraciones de Ca++ o ante altas relaciones Na+/Ca2+ (Lynch y Lauchili).

Las plantas difieren considerablemente en su sensibilidad al Na+ induciendo una deficiencia de calcio. Se ha sugerido que una alta concentración externa de Na+ puede desplazar al Ca++ de los puntos de enlace en la superficie exterior de la membrana plasmática de las células de la raíz (Lynch et al., 1987). La inhibición o elongación del tallo, como se mencionó, es el resultado de varios factores, entre ellos, el aumento en la relación Na+/Ca2+ en el apoplasma de la hoja (Rengel, 1992). En ciertos cultivos, la salinidad del suelo aumenta la incidencia del calcio relacionado con desórdenes fisiológicos como la "necrosis apical" o "necrosis marginal" en la lechuga y "necrosis apical del fruto" en tomates (Sonneveld y Ende, 1975).

Las interacciones entre el calcio y el sodio son by direccionales, encontrándose que el calcio incrementa la tolerancia de las plantas. La aplicación de yeso (sulfato de sodio) es una práctica común en la corrección de suelos salinos-sódicos. También, para mejorar la estructura del suelo, se aumenta la tolerancia a la sal. El yeso tiene un efecto dual: mejora la estructura del suelo y su aireación, y aumenta la relación Ca2+/Na+, restringiendo de esta forma el influjo de Na+.
  
Fotosíntesis y respiración
La salinidad tiene dos efectos principales sobre la fotosíntesis:
• Normalmente, la superficie de la hoja es inversamente proporcional a la condición de salinidad. La acumulación de sal en las hojas daña su tejido. La superficie total efectiva de la hoja disminuye y disminuyen sus funciones fotosintéticas. Las sales se acumulan mayormente en hojas maduras. La evaluación de la respuesta del crecimiento a la salinidad se mide por la concentración máxima de sal tolerada por las hojas totalmente expandidas. Otra evaluación del grado de limitación por salinidad puede realizarse comparando la tasa de mortalidad de las hojas con respecto al desarrollo de nuevas hojas. Si la tasa de mortalidad iguala a la tasa de creación nuevas hojas, entonces el área fotosintéticamente activa es muy baja para soportar un crecimiento continuo (Munns y Termaat, 1986).
• La fijación neta de CO2 por unidad de área foliar declina, mientras que la respiración (durante la oscuridad) aumenta, llevando a una drástica reducción en la asimilación neta diaria de CO2 por unidad de área foliar. El déficit hídrico, la pérdida de turgencia del mesófilo, el cierre parcial de las estomas y/o el efecto de la toxicidad iónica directa provocan una menor tasa de fijación de CO2 durante el período de luz.

La salinidad puede aumentar la tasa de respiración de las raíces de la planta. Una alta respiración consume mayores cantidades de carbohidratos para el mantenimiento (Schwarz y Gale, 1981). El mayor consumo es presumiblemente el resultado de la compartimentalización del ion sodio (Na+), la secreción del ion Na+, o la reparación del daño celular.

En ambientes controlados, como los invernaderos, pueden utilizarse algunas técnicas para compensar e incrementar la fotosíntesis, y disminuir el efecto negativo de la salinidad. El enriquecimiento con CO2, que incrementa el contenido de carbono en la atmósfera, es muy importante en condiciones salinas. Se pueden superar las limitaciones e incrementar la tolerancia a la salinidad (Meiri y Plaut, 1985). En forma similar, una alta radiación solar también puede aumentar la tolerancia a la salinidad (Helal y Mengel, 1981).

Síntesis de proteínas
En condiciones salinas, la síntesis de proteínas declina en las hojas, ya sea como respuesta al déficit hídrico o debido a una toxicidad iónica específica. Los efectos de la salinidad por NaCl pueden deberse, ya sea a toxicidad por cloro en las especies más sensitivas, como también por el desequilibrio creado entre Na+/K+ en especies más tolerantes. En algunos cultivos, se realiza el reemplazo de K+ por Na+ para lograr un ajuste osmótico, pero no para la síntesis de proteínas. En algunas Halofitas, el Na+ puede reemplazar a los cationes potasio para la síntesis de proteínas (Gibson et al, 1984).

En algunos casos, el fertilizante KCl pueden lograr una reducción del efecto del N+ debido a un aporte extra de iones potasio, a pesar que a la vez pueda estar disminuyendo el potencial osmótico de la solución del suelo.

Fitohormonas
Una posible repuesta de la planta a la salinidad es el cambio en las concentraciones de algunas hormonas. Los niveles de citoquininas decrecen, mientras que los de ABA (ácido absícico) aumentan (Kuiper et al., 1990). La producción de fitohormonas se hace inadecuada debido al deterioro de la provisión, absorción o utilización de nutrientes.

El ácido abscícico es importante para que las plantas puedan lograr el ajuste osmótico (Rosa et al., 1985). La aplicación de ABA puede aumentar la tolerancia a la salinidad mediante el mejoramiento de la fijación de CO2 provocado por el aumento en la actividad PEP carboxilasa (Amzallag et al., 1990). Diversos estudios arribaron a la conclusión de que la aplicación de citoquininas disminuye la senescencia provocada por la alta salinidad (Katz et al., 1978).

Defensa contra la salinidad
El control de la CE no necesariamente significa que deba o pueda mantenersela bajo. En muchas situaciones, el incremento de la CE puede ser beneficioso para el productor. En la etapa de vivero, una práctica conocida es el incremento de la CE para endurecer los tallos jóvenes, lograr así un mejor "arraigue" y tener una mejor performance en el suelo en las posteriores etapas de crecimiento. En varias especies florales, el aumento de la CE es una práctica utilizada para controlar la altura del tallo de acuerdo a las necesidades del mercado. En varios vegetales y en particular en tomates "cherry", el aumento de CE es una práctica utilizada para mejorar la calidad de la fruta. El aumento de los sólidos solubles totales (SST) trae como consecuencia un contenido más alto de azúcar y frutos más dulces.

De todas formas cuando la sensibilidad es alta y no hay necesidad de disminuir los malos efectos de la alta conductividad eléctrica se pueden utilizar varias técnicas de fertilización.

Fertilización
Muchos estudios (por ej. Bar et al, 1997, Feigin 1985, Kafkafi et al. 1971 & 1982) muestran que la nutrición apropiada con nitratos en diversos cultivos pueden prevenir los efectos dañinos del exceso de cloruro en la solución del suelo. Otros estudios (por ej. Hepaksoy et al 1999 y Taban et al. 1999) han demostrado que el potasio (K+) alivia los efectos dañinos del sodio (Na+) bajo condiciones sódicas. El K+ además tiene un rol único e importante en la activación de numerosos sistemas de enzimas en las plantas (Evans et al 1966).
El nitrato de potasio es un fertilizante sintético, de alta calidad. Está compuesto por un 100% de macronutrientes: 13% nitrógeno, totalmente en forma de nitrato (NO3), y 46% de K2O; es virtualmente libre de sodio, cloro, perclorato y otros elementos perjudiciales o residuos dañinos. Es fácilmente y totalmente soluble en agua, convirtiéndolo en un fertilizante ideal para aplicación al suelo, fertirrigación y nutrición foliar.
El trabajo de Imas et al. 1995, Satti et al. 1994 (a&b) y Feigin et al. 1991, aportan datos sustanciales estableciendo el concepto de que la aplicación constante de tasas mínimas de nitrato de potasio ayuda en forma considerable al alivio por estrés salino. Trataremos de probar que sus resultados están de acuerdo con el marco propuesto por Nitsos et. al. 1969 (superioridad de K para la activación de la síntesis del almidón), Benzioni et al. 1971 (Rol específico del K como vehículo para transporte de nitratos y malato hacia y dentro de la planta), y Ben-Asher et al. 1997 (validez de estos métodos para el ambiente salino).

Experimento con tomates en invernadero
Plantas de tomate (Lycopersicon esculentum Mill.) (cv.s.: "Strain B", "Montecarlo", "Pearson" y "Pusa ruby") fueron cultivadas en invernadero en Omán en un medio inerte y alimentados con una solución Hoagland de mediana concentración. La CE del tratamiento control fue entre 1,2 y 1,3 dS/m. En el tratamiento salino, se agregaron 50 mM de NaCl, incrementándose de esta forma el CE a 5,5 dS/m. En otros tratamientos, se agregó nitrato de potasio a 2, 4, u 8 mM a la solución nutritiva ya salinizada. En consecuencia, los valores de CE de estas soluciones incrementaron llegando a valores de 6,7; 6,8 o 7,5 dS/m respectivamente. En un tratamiento diferente se agregó 2,0 mM de nitrato de calcio, a la solución nutriente salinizada anteriormente mencionada, aumentando la CE a 6,8 dS/m. Los siguientes variables fueron registrados: biomasa total, altura de la planta, contenido foliar de K, número de flores por planta, porcentaje de cuajado y tamaño de fruto.

Resultados
Figura 4: Salinidad y efecto del nitrato de potasio en los parámetros vegetativos y en el tamaño de tomates de invernadero "Pusa ruby"
Figura 5: Salinidad, efectos del nitrato de potasio y de calcio (CN) en el rendimiento de tomates de invernadero.

Como se muestra en las Figuras 4 y 5 la salinización de la solución nutriente disminuye marcadamente el peso seco de las plantas, el tamaño de la fruta, la altura de la planta, el contenido K de las hojas, el cuaje y el número total de flores en el tallo principal de la planta. El agregado de 2 o 4 mM de Nitrato de potasio a la solución nutritiva salinizada incrementa notablemente los valores de EC de la solución nutriente pero revierte los

Efectos adversos causados por el NaCl. Varios parámetros han mejorado, aún sobre el control, como un resultado directo del tratamiento de Multi-K, por ejemplo, el tamaño de la fruta y la altura de la planta (Figura 4), el contenido K de las hojas y la tasa cuaje de frutos (Tabla 2).
  
Tabla 2: El efecto de la salinidad y de Nitrato de potasio en el contenido de K foliar, flores y cuaje en tomates de invernadero


CE
K hoja
Frutos
No. Flores


dS/m
%
%
p/planta
Montecarlo Testigo
1.2
0.90 a 53.4 b

Salinizado
5.5
0.30 b 37.8 c

Salinizado+KNO3
7.5
2.10 a 74.0 a
Línea B Testigo
1.2
1.55 a
22.0 a

Salinizado
5.5
0,40 b
10.5 b

Salinizado+KNO3
7.5
1.50 a
21,3 a
Valores seguidos por diferentes letras dentro de la columna difieren significativamente a nivel P< 0,05
El rendimiento total del cultivo triplicó con el agregado de 2 mM de nitrato de potasio a la solución nutriente salinizada (Figura 5). El agregado de nitrato de calcio a la solución nutriente salinizada en lugar del nitrato de potasio tuvo un efecto aliviador menor que con el segundo (Figura 5). Un incremento adicional en la concentración de nitrato de potasio hasta 8 mM fue menos efectivo que el tratamiento con 2 mM (Figura 4).

Experimentos con repollo chino y lechuga
Cultivos de repollo chino (Brassica campestris L. Pekinensis group, "Kazumi") y de lechuga (Lactuca sativa L. "Salinas) fueron conducidos en forma aero-hidropónica bajo invernadero en Israel. Una solución estándar (agua con: 4 mM de Na, 3 mM de Ca y 4 mM de Cl respectivamente, aumentada con 1mM de H2PO4-, 1 mM SO4 +2, 23 μM B, 1,6 μM Mn, 1,6 μM Zn, 1,8 μM Mo, y 27 μM Fe, (suministrados como quelatos EDTA) fue utilizada como control (1,8 dS/m) o salinizadas con NaCl y CaCl2 a 34 y 9 mM, respectivamente (6 dS/m). Las soluciones estándar y salinizada fueron aumentadas con 1, 5 o 10 mM de nitrato de potasio. Los rendimientos fueron verificados entre los 51 y 63 días después del transplante. 
  
Resultados
Repollo chino – La salinización de la solución nutriente tuvo como consecuencia el desarrollo de síntomas de toxicidad severa y una caída del 15% en el rendimiento fresco, como muestra la Figura 6. El agregado de 1 mM de nitrato de potasio Nitrato de potasio redujo el rendimiento, pero aumentando la concentración de ésta hasta 5 mM el rendimiento se recuperó significativamente llegando a un 109% y 127% de los tratamientos no salinos y salinos, respectivamente (Figura 6).

Figura 6. Salinidad y efecto Nitrato de potasio sobre el rendimiento del repollo de invernadero "Kazumi; 55 días después del transplante.

Fresh yield = Rendimiento fresco
Lechuga – El diámetro de las "cabezas" de lechugas cultivadas en invernadero fueron marcadamente reducidas como resultado de la salinización de la solución nutritiva (datos no mostrados). En consecuencia, como se muestra en la Figura 7 el rendimiento de las plantas fue severamente afectado (-30%) por la salinización. El agregado de 1 o 5 mM de Nitrato de potasio restauró en forma significativa el rendimiento a valores del 113% o 127% del tratamiento salinizado, respectivamente.

Figura 7: Salinidad y efecto Nitrato de potasio sobre el rendimiento de lechuga "Salinas" de invernadero. Datos recogidos después de 63 días del transplante.

El análisis foliar de las plantas reveló un claro patrón (aunque estadísticamente no significativo) de aumento en los niveles de K y de N, así como una disminución en los de Na y Cl, como una respuesta directa a los tratamientos de Nitrato de potasio (Tabla 3).

Tabla 3: Efecto de agregado de Nitrato de potasio en la solución nutritiva sobre la composición de la hoja lechuga (cv. "Salinas") cultivada en invernáculo bajo condiciones de salinidad.
CE KNO3
Contenido de Nutrientes (%)
dS/m mM K N Na Cl
7.25
1
1.10
3.20
0.20
0.43
7.75
5
1.13
3.36
0.19
0.54
8.30
10
1.18
3.42
0.16
0.41

Resultados de análisis foliar no difieren significativamente a un nivel de P<0,05

Resumen
La salinidad no es un fenómeno deseable, un cierto incremento en la CE para cada cultivo traerá como consecuencia una disminución del rendimiento.
Los resultados de los experimentos citados en este artículo muestran claramente los beneficios provenientes de la aplicación de NO3- y de K+ en forma de Nitrato de potasio para mitigar los efectos perjudiciales de la salinidad. Sobrepasar la EC en una cierta proporción es posible cuando se utilice nitrato de potasio que pueda revertir los efectos de la salinidad y mejorar la performance de los cultivos comparado con plantas no tratadas. El efecto de nitrato de potasio como producto anti-salino fueron descriptos por Bar et al. 1997, para palto, Imas et al., 1995, para maíz, Kafkafi et al., 1971 – para tomates, Levy et al., 2000, para cítricos y Silberbush et al., 1998 para maníes.

El catión (K+ ) facilita la absorción del anión (NO3- ) desde la solución del suelo hacia las raíces de la planta y en la planta el catión K+ se transforma en vehículo de transporte facilitando el movimiento del anión malato desde las hojas a las raíces, donde se convierte en fuente de energía para el funcionamiento de las raíces. En los resultados citados, la mejor performance fue obtenida por el nitrato de potasio y no por el de calcio, indicando que el rol que jugó el potasio no puede ser emulado por el calcio. Por otra parte, podemos asumir justificadamente que no existe ningún catión monovalente que podría traer mejores resultados que el K desde el momento en que este es el preferido en muchos sistemas fisiológicos importantes (Nitsos et al., 1969).

La conclusión general de todos estos casos es que la aplicación de Nitrato de potasio, entre 2 y 10 mM en la solución riego/fertirriego puede contrarrestar los efectos perjudiciales del cloruro y del sodio en el metabolismo de la planta. La ventaja más importante del Nitrato de potasio respecto de otros fertilizantes, es que el efecto sobre la acumulación de la salinidad es insignificante. Tanto el nitrato como el potasio constituyentes de este fertilizante, son macronutrientes, por lo tanto, absorbidos relativamente en grandes cantidades, sin dejar residuos en el suelo; situación que no ocurre con otros fertilizantes potásicos como el sulfato, cloruro o tiosulfato de potasio.

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